El hinduismo

El hinduismo es la tradición religiosa predominante en países como India y Nepal. Es la tercera religión más extendida en el mundo, con más de mil millones de fieles, tras el cristianismo y el Islam.
El hinduismo no posee fundador porque en verdad no es una religión sino varias religiones diferentes, a las que erróneamente se les aplica el mismo nombre. Es un conjunto de creencias metafísicas, religiosas, cultos, costumbres y rituales que conforman una tradición, en la que no existen ni órdenes sacerdotales que establezcan un dogma único, ni una organización central.
Se denomina “hinduista” a la persona que practica alguna de las religiones del hinduismo, pero también designa a quien forma parte de esa misma cultura.
El hecho que la mayoría de la población de la India profesa el hinduismo, junto con el deseo de evitar la ambigüedad del gentilicio indio (usado también para designar a los indígenas del continente americano) explica que prácticamente desde su introducción al idioma español se haya usado también la palabra hindú para designar a los naturales de la India.

Religiones y cultura
El hinduismo es un conglomerado de creencias procedentes de pueblos de diferentes regiones junto con las que trajeron los arios que se establecieron en la cuenca del río Ganges y que fueron escritas a manera de revelaciones en los diversos escritos védicos y otros libros sagrados hinduistas.
Los hinduistas llaman a aquella tradición religiosa sanātana dharma (‘religión eterna’, en idioma sánscrito), porque creen que no tiene principio ni tendrá fin. Según ellos ha existido durante más de 5000 años. Consideran que el hinduismo es la tradición religiosa más antigua del mundo.
El hinduismo está estructurado por varias religiones que son tan diversas como contrarias en sus formas. Dentro del hinduismo hay ideologías religiosas politeístas, monoteístas, panteístas, etc.

  • Monoteísmo: muchos hinduistas creen en un solo dios.
  • Politeísmo (creencia en varios dioses): porque —como varias religiones de la India— profesan el sincretismo.
  • Advaita: o monismo absoluto, que defiende la existencia de un solo Dios, que parece muchos por el principio de la ilusión o maia.

Como carece de una doctrina única, cada rama de dicha religión sigue la suya propia: los visnuistas adoran al dios Visnú (y creen que Krisná es su avatar); en cambio los krisnaístas adoran exclusivamente al dios Krisná, y consideran que Visnú es su avatar, y el shaktismo es la doctrina que adora a la diosa Kali,.
En la doctrina vedanta esa suprema realidad es denominada Brahman, y se considera que es el aspecto original de Dios. Todos los demás dioses y seres del universo son su expresión, por lo que se le considera “principio del universo”. Esta visión puede considerarse panteísmo o monoteísmo según el punto de vista.
Los shivaístas creen en un solo dios, Shiva, y niegan la importancia de Brahmá y Visnú. Por otra parte, la doctrina samkhia de Kapilá es una filosofía profundamente atea y actualmente considerada ortodoxa.

Doctrinas y creencias
En el hinduismo hay diversidad de creencias, pero básicamente los hinduistas creen que detrás del universo visible (maia) ―al que atribuyen ciclos sucesivos de creación y destrucción― está el principio que sostiene el universo: Brahman, el Absoluto que, considerado a través del velo de Māyā, es Dios (Īśvara). Abandonar el ciclo de reencarnaciones (samsara) y retornar al principio divino, constituye el mayor de todos los logros para los hinduistas.
Este Dios puede ser considerado personal o impersonal. La adoración personal constituye el bhakti (la devoción), y la adoración impersonal implica gñana (la sabiduría).
En la corriente hinduista impersonal, en la que Dios es denominado Brahman, todos los demás seres son su expresión. Esta visión puede ser llamada monismo. Hay que diferenciar que el Brahman impersonal es el aspecto no personificado de Dios, y es distinto de Brahmá, quien es el creador de este universo, pero no el Dios único. Brahmá es un alma encarnada muy elevada que ocupa temporalmente ese puesto dentro del mundo material, pero que puede caer de su lugar y ser reemplazado por otra entidad. Según la complejidad de cada universo, el Brahmá creador puede tener distinto número de cabezas pero ese número puede ser hasta mil.
Una de las características principales del hinduismo es que considera que cualquier persona puede tener una concepción personal de la Divinidad, igualmente respetable, ya que Dios puede tener todas las formas, y finalmente las trasciende. De ahí la infinitud de representaciones de la Divinidad. Pero finalmente Dios es uno, aunque sus manifestaciones sean infinitas.

Prácticas y culto
Hay prácticas que todos respetan, como reverenciar a los brahmanes (sacerdotes) y a las vacas, no comer la carne de estas y casarse solo con una persona de la misma casta (el hinduismo establece el sistema social de castas). Cabe mencionar que la vaca no es adorada, sino reverenciada al considerarla una madre, ya que se le extrae leche (a la fuerza), que es la base de la cocina india.
Fuera de esto, no existen preceptos rigurosos acerca de cuándo deben formularse las oraciones y realizarse los ritos, ni propiamente una jerarquía eclesiástica.
Para los hinduistas, Dios puede entrar en una estatua (murti) para permitir su adoración (baño, ofrenda de comida, etc.) como misericordia para facilitar la iniciación del practicante en su camino espiritual, teniendo una forma material que le facilite su entendimiento y amor a Dios. Conforme se avanza, se inicia a percibir a Dios en todo cuanto existe, para finalmente no ser necesario ningún murti, llegando incluso a sentir o ver a Dios dentro de todo ser creado. Esa forma es Paramatma, la forma que compenetra todo lo existente y hace a Dios su cualidad omnipresente y omnisciente. Es por ello que al final, todo cuanto existe es sagrado y se le mira con reverencia y amor.  
En textos occidentales llegó a hacerse popular la tríada hinduista, llamada Trimurti (‘tres formas de Dios’: los dioses masculinos Brahmá, Visnú y Shiva), pero generalmente nadie adora a esa tríada. Muchos hinduistas adoran a la diosa Durgá (conocida por algunos por uno de sus aspectos como Kali), pero también a un gran número de otros dioses, incluidos dioses comarcales.
La presencia de escuelas diferentes dentro del hinduismo no debe ser vista como una contradicción entre ellas. Por el contrario, hay una polinización de las ideas y un debate lógico que sirve para refinar el entendimiento de cada escuela del hinduismo, en realidad, del entendimiento del practicante. Es común y está permitido que un individuo siga una escuela y que a su vez tome la perspectiva de otra para cuestiones puntuales.  La forma de la doctrina es considerada como la interpretación que se le da al Absoluto en sus diversas comprensiones acorde a la visión y necesidad espiritual del practicante.

Textos sagrados
Los hinduistas aceptan los textos sagrados Vedas, que abarca gran cantidad de textos antiguos.
Shiruti
Hay un grupo de textos que se consideran “revelados” y que no pueden ser interpretados, sino seguidos al pie de la letra:
Los cuatro Vedas:

  • Rig-veda, el texto más antiguo de la literatura de la India, compuesto en una forma arcaica del sánscrito, posiblemente después del siglo XV a. C.
  • Iáyur-veda, el libro de los sacrificios (la mayor parte de sus textos provienen del Rig-veda).
  • Sama-veda, contiene himnos (la mayor parte de sus textos provienen del Rig-veda).
  • Atharva-veda, el libro de los rituales, un agregado varios siglos posterior, sin relación directa con el Rig-veda.

Las Upanishad, meditaciones místico-filosóficas escritas a lo largo de varios siglos desde el 600 a. C.

Smiriti
Otros textos sagrados son los smriti (‘lo recordado’, la tradición):

  • El texto épico Majabhárata (siglo III a. C.), que incluye el texto religioso Bhagavad-guitá.
  • El Ramaiana (siglo III a. C.), la épica historia del rey-dios Rama.
  • Los 18 Puranas (‘historias’) principales (siglo III a. C. hasta siglo XI d. C.), y decenas de pequeños Upa-puranas.
  • Los textos antiguos sobre áiur-veda (herboristería y medicina tradicional hindú).

El hinduismo se conforma como lo conocemos en la actualidad a partir del siglo III a. C., combinando doctrinas budistas con creencias brahmánicas (de castas) y dravídicas.

Principios y valores del hinduismo
Como ya hemos visto, no se puede hablar de valores idénticos para todo el hinduismo, aunque si encontramos algunos que son comunes a todas las corrientes: 

La ley del «Dharma» 
Dharma proviene de una palabra sánscrita cuya raíz «dhr» significa sostener, mantener. El dharma es la ley que mantiene el orden del universo. Esta noción es fundamental en el hinduismo (La ley eterna). El orden que existe en el universo, el de los dioses y sus relaciones, la naturaleza y su ciclo de astros, estaciones que regulan las cosechas y el brote de las plantas, el hombre y sus relaciones sociales con sus jerarquías de las castas y el orden moral de cada hombre. El «dharma» es el funcionamiento armonioso del universo. Pero existe un «a-dharma» o ausencia de orden, una especie de mal que todo lo distorsiona y que se traduce en sed de ganancia, violencia, apetito de los placeres, ganancias, éxito… Todo eso aleja el momento de liberación. Por eso el respeto el «dharma» exige aniquilar en uno mismo la ambición y la concupiscencia (el «a-dharma»). El culto y ritos ayudan a ello y sobre todo la devoción o «bhakti» (relación espiritual y mistica del fiel y su dios).

La doctrina del Karma 
Esta palabra, en sánscrito, significa «acto», «obra». Más concretamente, el karma es la fuerza «invisible», que emana de todos los actos humanos. Esta energía es la que hace al alma, prisionera de un cuerpo y la obliga a reencarnarse. El karma hinduista es algo así como el balance de nuestros actos: de nuestras y malas acciones. Así dice la ley del karma: «somos lo que hemos hecho, seremos lo que hagamos o haremos». Pero la conciencia del débito acumulado desaparece con la introducción del atmán en otro cuerpo. Para evitar la pesadez del karma, se puede realizar mediante la devoción o los sacrificios a su divinidad preferida: Visnú, Shiva, Krisná… o el yoga, desatando así todos los vínculos con el mundo. Los «Sadhus» o santones hindúes y «Yoguis» o ascetas son numerosos en la India y parte de su conglomerado socio-religioso. De esta manera la ley del Karma queda paliada en su fatalismo ya que depende de los esfuerzos del hombre para liberarse de dicho peso. Esta esperanza da sentido a la existencia del hombre. El objetivo de la existencia, a pesar de los renacimientos es la liberación. Los hindúes la llaman «moksa». Dicha liberación deja el alma libre del «karma».

La doctrina del Samsara 
La palabra viene de «Sam si» (fluir con). El samsara es la corriente perpetua que arrastra el alma individual a través de las reencarnaciones sucesivas. Está simbolizado en una rueda siempre en movimiento, o también en la sucesión de las olas de un río incesante. El «atmán», el alma eterna, está desterrado en el cuerpo. A esta situación de cautividad se le llama «hamsa». Como un ave migratoria, el «hamsa» va volando de cuerpo en cuerpo, sin fin, durante toda la duración del ciclo cósmico, antes de romper definitivamente con esa sujeción. Pero entorpecida por el peso de sus malas acciones, va bajando en la escala de los seres, renaciendo en el cuerpo de un hombre de categoría inferior, y hasta de un animal o una planta. O bien, aligerada por sus buenas acciones, se va elevando en esta escala de reencarnaciones.

La búsqueda de la paz
En la búsqueda de la paz se integran los ideales de la ética hindú, el camino que conduce a Brahmá se resume así: pureza, verdad, dominio de sí mismo, no violencia, misericordia y compasión hacia todo viviente. Destacamos a continuación alguno de estos elementos: 
a. El respeto a todo viviente: El respeto religioso a todos los vivientes es debido a que los hindúes ven a Brahma en todas las realidades que constituyen el mundo: puede ser una piedra, un árbol, un río, un ave, una hormiga o una vaca… En todos estos seres ve el hindú una ocasión de manifestar su amor a la creación, a Brahma. 
b. La renuncia al mundo El hombre verdaderamente religioso renuncia al mundo y se dedica exclusivamente a Brahma. En la India se encuentran por todas partes los «Sadhus«, o monjes hindúes. Alejados del mundo viven dedicados exclusivamente a la meditación. Comen una sola vez al día de la caridad de las gentes piadosas. Esta disciplina del cuerpo, del alma y del espíritu se llama yoga. El yoga es el método filosófico-ascético para llegar al a la identificación con el absoluto de Brahma y así llegar a la liberación. El método estriba en el control del cuerpo y especialmente de la respiración para llegar al dominio de sí mismo y así libera energía vital.
Uno de los sistematizadotes mejores del Yoga fue Patanjali (200 a JC) que establece 8 etapas de renuncia del mundo, 4 de ellas de simples renuncias exteriores y 4 de refinamiento de control de las actitudes personales:

  • Conducta moral irreprochable 
  • Pureza interior y exterior 
  • Dominio de ciertas posiciones del cuerpo y manera de sentarse 
  • Dominio de la respiración a voluntad 
  • Liberar la atención de las impresiones de los sentidos 
  • Fijación del pensamiento 
  • Meditación 
  • Contemplación absoluta 

Cuando el yogui por el control de la respiración se «olvida» por completo de su cuerpo, pierde la conciencia del mundo exterior y concentrándose en un solo punto se disuelve y la inteligencia cósmica le sustituye produciéndose la liberación total.